Francisco
Palma García, escultor, imaginero, profesor y académico. Nació
en Antequera (Málaga) en 1881 y murió en Málaga en 1938 a los 51
años de edad.
Palma
García tuvo una vitalidad arrolladora, algo especial que embargaba
el ánimo de toda la familia. Su
obra se proyectó en dos grandes parcelas creativas: la escultura
conmemorativa y la religiosa.
Familia
Estuvo
casado con Purificación Burgos Fernández y tuvieron siete hijos. Fue
el iniciador de una fecunda familia de artistas. Su
hijo primogénito Francisco Palma Burgos fue un ilustre profesor,
pintor y escultor imaginero.
Formación
La
riqueza escultórica de su ciudad natal parece que influyó
decisivamente en la vocación que le hizo famoso. Trasladado a
Málaga, cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes, en
donde tuvo por maestros a relevantes escultores de la época.
Docencia
En
1920 fue nombrado profesor titular de Modelado en la Escuela de Artes
y Oficios de San Telmo.
Inicios
artísticos
En
Antequera tuvo un gran éxito el monumento que hizo dedicado al
capitán Moreno.
Esculturas
en Málaga
Una
vez que se estableció en Málaga. Entre 1917 y 1919 trabajó en la
decoración escultórica de la fachada del Ayuntamiento de Málaga,
principalmente el grupo escultórico que se hizo en el frontispicio
de la Casa Consistorial.
Imaginero
-
Tuvo el encargo de una cofradía, para la realización del trono del
Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, siendo estrenado en 1916 y
ampliado posteriormente por el propio autor.
-
En 1920 reformó el trono del Nazareno del Paso que había realizado
Rodríguez Zapata, y que emplearían más tarde Azotes y Columna
(1924-1931) y Ánimas de Ciegos (1935).
-
Ejecutó el trono de la Soledad, de su Congregación de Mena, el cual
contaba con un característico palio de cajón adquirido a una
cofradía antequerana. La realización del grupo escultórico de la
recién fundada Hermandad de la Piedad supuso un hito en su vida
artística. En 1929, concluyó la obra a la que más empeño y
dedicación prestó. Causó gran admiración, ya que representó en
su época un verdadero resurgimiento plástico de la imaginería
pasionista malagueña.
Divulgación
Eran
continuas las tertulias en su taller con personajes de la talla de
Salvador Rueda o Narciso Díaz de Escovar. Ambiente de cultura y arte
que impregnaba la vida de su familia, pero sobre todo la de su hijo
Francisco, quien mostraba unos conocimientos precoces tanto en la
escultura como en la pintura.
Represión
política
El
12 de mayo de 1931 la vida del artista y de su familia dio
un repentino vuelco a causa de los tristes sucesos de quemas de
iglesias que hubo en Málaga, por parte de revolucionarios
republicanos. La Piedad, a la que tanto cariño y esfuerzo le había
dedicado, fue destruida en la pira que se formó en la plaza de la
Merced, muy cerca de casa.
No
solo perdió su querida obra, sino también a su Cristo de Mena, del
que era nazareno y al que intentó salvar. No podía imaginar que de
las manos de su hijo Francisco que observaba a escondidas el llanto
de su padre, volvería a nacer la imagen del Cristo de Mena, para su
consuelo y el de los malagueños.
Con
la llegada de Segunda República el taller decayó en pedidos de obra
religiosa, sufriendo por ello graves problemas económicos.
En
1936 con el inicio de la Guerra Civil se agravaron los problemas
porque Francisco Palma fue detenido el 4 de noviembre por milicianos
republicanos y conducido al buque prisión Marqués de Chavarri. Su
delito era ser imaginero.
Sus
hijos Francisco y Mario, tras once días de desesperada insistencia y
lucha, consiguieron que fuera liberado, pero las consecuencias de la
guerra no acababan ahí, ya que el taller tuvo que cerrar,
subsistiendo gracias a pequeñas ventas.
Todos
estos lamentables acontecimientos vividos desde 1931 le habían
afectado a su salud, y falleció repentinamente un 19 de diciembre de
1938.
Su
hijo Francisco Palma Burgos que por entonces tenía 20 años tuvo que
hacer de padre y hacerse cargo de su familia y del taller.
A
principios de 1940, le encargaron a su hijo Francisco la ejecución
de la nueva imagen del Cristo de Mena y poco después recibiría el
encargo de ejecutar la Piedad, siguiendo el molde que su progenitor
había dejado. Comenzaba el hijo a perpetuar la gran obra de su
padre, honrando su memoria.
Academias
Fue
académico de la Escuela de Bellas Artes de San Telmo de Málaga.
Premios
y reconocimientos
Durante
su carrera artística obtuvo diversos reconocimientos y premios.
Autor; Feliciano Robles
Conocí a Palma Burgos en los tiempos de su primer matrimonio, me consta su posterior trayectoria como restaurador de imaginería religiosa en Úbeda y Baeza. Fue un gran escultor.
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