jueves, 2 de mayo de 2019

MARIA ZAMBRANO ALARCÓN


María Zambrano Alarcón, filósofa, profesora y escritora. Nació en Vélez-Málaga (Málaga) en 1904 y murió en Madrid en 1991 a los 86 años de edad.

Su extensa obra, está centrada entre el compromiso cívico y el pensamiento poético. Malvivió durante más de 40 años en el exilio por ser defensora de los principios inspiradores de la Segunda República. Siendo anciana recibió los dos máximos galardones concedidos en España: el Premio Príncipe de Asturias en 1981, y el Premio Cervantes en 1988.

Familia. Sus padres fueron Blas Zambrano García de Carabante y Araceli Alarcón Delgado, ambos maestros, como también lo fue su abuelo paterno, Diego Zambrano. Tuvo una hermana llamada Araceli. Se casó con Alfonso Rodríguez Aldave, en 1957 se divorciaron sin haber tenido descendencia.

Formación. Cuando tenía cinco años en 1909 se trasladó con su familia a Madrid y al año siguiente se mudaron a Segovia al conseguir su padre la cátedra de Gramática Castellana en la Escuela Normal de Maestros de Segovia. En esa ciudad estudió el Bachillerato.

En 1924 su familia se trasladó de nuevo a Madrid y se matriculó por libre (debido a su delicada salud) en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad. Allí fue discípula de Xavier Zubiri, Julián Besteiro y otros intelectuales .

En 1928 comenzó su doctorado, que no llegó a concluir, e ingresó en la Federación Universitaria Escolar (FUE).

Inicios literarios. En 1928 comenzó a colaborar en la sección "Aire Libre" del periódico madrileño “El Liberal”. Participó en la fundación de la Liga de Educación Social, de la que fue vocal.

Docencia. Empezó a impartir clases de filosofía en el Instituto Escuela que se vieron interrumpidas porque enfermó de  tuberculosis. En 1931 fue nombrada profesora auxiliar de Zubiri en la cátedra de Metafísica en la Universidad Central, puesto que ocupó hasta 1936.

En 1935 María inició su tarea de profesora de filosofía en la Residencia de Señoritas y en el instituto Cervantes, en el que Machado ocupaba la cátedra de Francés.

En el exilio también pasó temporadas como docente en Universidades Hispanoamericanas (Cuba, Puerto Rico y México).

Militancia política. Perteneció a la coalición republicano-socialista, y asistió a la proclamación de la Segunda República Española en la Puerta del Sol el 14 de abril de 1931; no aceptó, sin embargo, la oferta de una candidatura a las Cortes como diputada por el PSOE.

Las Misiones Pedagógicas. En 1932 en un contexto vital muy diferente, conoció a varios intelectuales jóvenes y la llevó a participar en algunas Misiones Pedagógicas en Cáceres, Huesca y Cuenca que organizaron las autoridades republicanas.

Por esa época, María Zambrano, colaboró en publicaciones como la Revista de Occidente, Cruz y Raya y Hora de España , y frecuentó varios círculos culturales de Madrid. Al poco tiempo María se desvinculó de la Revista de Occidente y de Ortega y Gasset, y ganó un puesto de excepción entre la intelectualidad poética española.

Guerra Civil. En 1936, María Zambrano se sumó al manifiesto fundacional de la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura (AIDC), colaborando en su redacción y marcando el compromiso de "la libertad del intelectual" con el "pueblo puesto en pie" por una "razón armada".

En septiembre de 1936, contrajo matrimonio con el historiador Alfonso Rodríguez Aldave, recién nombrado secretario de la Embajada Española en Chile, país hacia el que viajaron en el mes de octubre.

Ocho meses después, en plena guerra civil española, regresaron a España, el mismo día en que cayó Bilbao y comenzó la diáspora intelectual española; a la pregunta de por qué vuelven si la guerra está perdida, responderán: «Por eso».

Su marido se incorporó al ejército y ella colaboró en la defensa de la República desde el consejo de redacción de Hora de España.

Participó en el II Congreso Internacional de Escritores para la defensa de la cultura celebrado julio de 1937 en Valencia.

Fue nombrada Consejera de Propaganda y Consejera Nacional de la Infancia Evacuada, y participó en la reapertura y gestión de la Casa de la Cultura de Valencia.

Al inicio de 1938 se trasladó con su familia a Barcelona, en cuya universidad llegaría a impartir un curso.

El 23 de diciembre de 1938, veinticinco divisiones del "ejército nacional" abordaron la ofensiva de Cataluña. El 25 de enero capitula Barcelona y lo que quedaba de la España republicana se encaminó hacia el exilio.

Exilio. El 28 de enero de 1939 María cruzó la frontera francesa en compañía de su madre, su hermana Araceli y otros familiares. En Francia, María se reencontró con su marido y partieron hacia México invitados por la Casa de España, recalando antes en Nueva York y La Habana, donde fue invitada como profesora de la Universidad y del Instituto de Altos Estudios e Investigaciones Científicas.

En México, fue nombrada profesora en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de Morelia, (Michoacán), lo que supuso para María un pequeño exilio dentro del gran exilio y provocó que abandonase México, viviendo unos años entre Puerto Rico y Cuba.

Publicaciones y Divulgación. En su amplísima producción destacan: Filosofía y poesía (1939), La confesión, género literario y método (1943), El pensamiento vivo de Séneca (1944), La agonía de Europa (1945), Hacia un saber sobre el alma (1950), El hombre y lo divino (1955), España, sueño y verdad (1965), El sueño creador (1965), La tumba de Antígona (1967), El nacimiento. Dos escritos autobiográficos (1981), De la Aurora (1986), Senderos (1986), Delirio y destino (1988) y Los sueños y el tiempo(1992), entre otros.

Entre 1940 y 1945 trabajó con intensidad en seminarios y ciclos de conferencias o dictando lecciones y cursos en diversas instituciones cubanas y puertorriqueñas.

Segunda Guerra Mundial. La II Guerra Mundial le impidió reunirse con su madre enferma y su hermana Araceli, viuda y en el umbral de la locura, que sobrevivían en el París ocupado por los nazis. Cuando fue liberada la capital francesa, los lentos trámites de su visado hicieron que cuando María llegó a París su madre ya estuviese enterrada, y su hermana muy enferma, situación que llevó a María a tomar la decisión de no volver a separarse de Araceli. Así, en 1947, las hermanas Zambrano se instalaron en un pequeño apartamento, al que se incorporó el marido de María. Dada la locura que padecía Araceli la convivencia resultó insostenible. A partir de entonces las hermanas Zambrano pasaron muchas dificultades económicas y deambularon solas por varios países europeos y americanos.

Pensamiento filosófico. Para María Zambrano la filosofía empieza con lo divino, con la explicación de las cosas cotidianas con los dioses. Hasta que alguien se pregunta ¿Qué son las cosas? entonces se crea la actitud filosófica.

Para Zambrano existen dos actitudes: la actitud filosófica, que se crea en el hombre cuando se pregunta algo, por la ignorancia, y la actitud poética, que es la respuesta, la calma y en la que una vez descifrada encontramos el sentido a todo. La actitud filosófica propia de María Zambrano es inseparable de su muy peculiar lenguaje creativo y estilo de pensar y escribir, que constituyen la base de lo que llamará su "método".

La cuestión y su método, la establece bajo dos grandes cuestiones: la creación de la persona y la razón poética. La primera de ellas presentaría, digamos, el estado de la cuestión: el ser del ser humano como problema fundamental para el ser humano. Y se constituye como problema para el ser humano lo que el ser humano sea, porque se presenta su ser en principio como anhelo, nostalgia, esperanza, y tragedia. Si la satisfacción fuera su lote, ciertamente no se propondría su propio ser como problema.

El tema de la razón poética, por otra parte, sin haberse expuesto especial y sistemáticamente en ninguna de sus obras, subyace no obstante en todas ellas hasta el punto de constituir uno de los núcleos fundamentales de su pensamiento. La razón poética se construye como el método adecuado para la consecución del fin propuesto: la creación de la persona.

Ambos temas abordados con amplitud, aglutinan como adyacentes todas las demás cuestiones tratadas. Así, la creación de la persona se relaciona estrechamente con el tema de lo divino, con el de la historia y con la fenomenología de los sueños, y la razón poética con la relación entre filosofía y poesía o con la insuficiencia del racionalismo.

Reconocimiento en España. Hacia 1966 fue cando comenzó a valorarse su obra en España tras la publicación en la Revista de Occidente, del artículo de José Luis López Aranguren “Los sueños de María Zambrano”, al que siguieron los trabajos de José Ángel Valente en Ínsula y de José Luis Abellán. También se publicaron fragmentos de su obra en Papeles de Son Armadans y Caña Gris.

Premios

  • Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, en su primera edición. 1981

  • Premio Cervantes de Literatura 1988.

Reconocimientos honoríficos

  • Hija Predilecta de Vélez-Málaga .

  • Doctora Honoris Causa por la Universidad de Málaga.

  • Hija Predilecta de Andalucía 1985,

  • En 1987, se constituyó en Vélez-Málaga la fundación que lleva su nombre.

  • A título póstumo, fue nombrada Hija Predilecta de la Provincia de Málaga en 2002.

  • En 2006 el Ministerio de Fomento bautizó con su nombre la nueva estación central de ferrocarril de Málaga.

  • En 2008 se botó el buque remolcador de salvamento marítimo, María Zambrano (BS-22).

  • La estación del AVE en Málaga lleva su nombre

  • La Universidad de Valladolid (UVA) le ha dado su nombre al campus de Segovia

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