José
de Salamanca y Mayol, empresario, político y aristócrata. Nació
en Málaga en 1811 y murió en Madrid en 1883 a los 71 años de edad.
A
lo largo de su vida José de Salamanca fue revolucionario, abogado,
conspirador, alcalde, juez, banquero, contratista de obras,
empresario de teatros, director de empresas, ingeniero, agricultor,
ganadero, ministro, senador, diputado, marqués, conde y Grande de
España.
Da
nombre al actual barrio de Salamanca de Madrid, que fue parte
del ensanche de la ciudad que él impulsó. Probablemente llegó a
poseer, en sus mejores momentos, la mayor fortuna de España.
Familia
Era
hijo del médico José María de Salamanca y Paz y de su
esposa, María Polonia Mayol y Baso. Contrajo matrimonio
con Petronila Livermore y Salas perteneciente a una familia
adinerada. Del matrimonio nacerían dos hijos, Fernando y Josefa
de Salamanca y Livermore.
Formación
Cursó
estudios de Filosofía y Derecho en el Real Colegio Mayor de San
Bartolomé y Santiago de Granada.
Política
Los
movimientos revolucionarios acontecidos durante la regencia de María
Cristina catapultaron al futuro marqués a los primeros planos de la
escena nacional. En 1835 fue nombrado alcalde de Vera (Almería);
tras esto, fue elegido para representar a dicha provincia en la Junta
Revolucionaria de Sevilla.
En 1837
tuvo lugar el pronunciamiento de La Granja, que obligó a la
reina regente a restituir la Constitución de corte liberal de
1812 elaborándose la nueva progresista de 1837. En las nuevas
Cortes formadas, José Salamanca fue elegido diputado por
Málaga, trasladándose a Madrid para ejercer este cargo.
Ministro
En
1847 fue nombrado ministro de Hacienda por el presidente Joaquín
Pacheco. Tras la dimisión de éste en octubre del mismo año,
Salamanca pasó a ejercer de facto la presidencia del
gobierno hasta que el nuevo presidente, Florencio García
Goyena, le destituyó debido a que una comisión parlamentaria estaba
investigando supuestas actividades irregulares de éste en su
ministerio. Esto supuso un gran frenazo a su ascensión en la
política.
Exilio
La
reina Isabel II, destituyó al gobierno en pleno y nombró nuevo
presidente a Ramón María Narváez y Campos, que tomaba
posesión del cargo por tercera vez en cuatro años. La llegada al
poder de Narváez empujó a Salamanca a exiliarse a Francia,
dada la enemistad personal que tenía con Narváez. Unos años más
tarde habría de exiliarse por segunda vez, al producirse la
revolución de 1854, de la cual personajes como Salamanca
constituían sus bestias negras. Estos sucesos darían paso
al Bienio Progresista. Al término de éste, en 1856,
Salamanca regresó a España y obtendría el título
de senador vitalicio en las Cortes españolas.
Negocios
Para
ocupar su puesto en el Congreso, ganado en 1837, José de Salamanca
se trasladó a Madrid, donde se convirtió en miembro habitual de
tertulias e invitado en los mejores salones de la capital. En esa
época empezó a revelarse como un excelente financiero mediante
algunas inversiones arriesgadas, lo que le hizo aumentar su modesto
patrimonio personal.
En 1839
obtuvo el monopolio de la sal, comenzando además a invertir en
la Bolsa de Madrid. Su poder adquisitivo se multiplicaba y
aumentaban sus contactos entre la alta sociedad madrileña. En el
sector de la construcción destacó por la construcción del hoy
llamado Barrio de Salamanca de Madrid. .
Invirtió
también en el ferrocarril, empezando por la construcción de la
línea Madrid–Aranjuez. La construcción de esta línea le
supuso a Salamanca algunos malos tragos económicos, pero venciendo
las dificultades inauguró por fin la línea, el 7 de
febrero de 1851.
Sus
inversiones no se limitaron al territorio español, sino que se
extendieron por Europa y América. En la actualidad, hay una
población del Estado de Nueva York, llamada Salamanca, situadas en
una encrucijada de vías, que debe su nombre a sus importantes
inversiones en la Atlantic and Great Western Railroad.
La
mayor mancha en el historial financiero de Salamanca fue el Banco
de Isabel II. Ideado por él, convenció a la reina de su creación.
Fundado en 1844, era la primera entidad financiera de crédito
privada de España, junto con el Banco de San Fernando y
tenía un capital de 100 millones de reales para concesión de
créditos, generosamente distribuidos entre el emergente capitalismo
inversor de la época. El banco desapareció al fusionarse con el de
San Fernando naciendo así el Banco de España.
Barrio
de Salamanca
En
un momento de su vida Salamanca decidió que era hora de construirse
una residencia a su medida, pues hasta entonces siempre había
ocupado palacetes que otros le vendían. Inició así la construcción
de un elegante palacio en el madrileño paseo de Recoletos, una zona
inmediata a la Cibeles y a la puerta de Alcalá, y que entonces ni
siquiera estaba urbanizada. Salamanca compró a bajo precio una gran
cantidad de terreno en los alrededores de la que sería su casa. El
palacio de Salamanca, una auténtica obra de arte de inspiración
francesa, que fue decorada con valiosas obras de arte y cuadros de
los grandes maestros de la pintura europea, fue el primero de una
serie de edificios que conformaron un barrio al que se le dio su
nombre. Salamanca acababa de convertirse en promotor inmobiliario, y
construyó varias casas de varios pisos (enormes todos ellos) con el
propósito de que se convirtieran en el lugar de residencia preferido
para la nueva burguesía madrileña, ya en pleno ascenso.
El
palacio de Salamanca asombró a sus contemporáneos. Estaba rodeado
de un jardín donde se plantaron flores exóticas y árboles llegados
de distintos países, tenía una excelente biblioteca donde había
decenas de incunables y libros raros, y una pinacoteca privada que
estaba considerada de las mejores de toda Europa. Había lienzos de
Goya, de Velázquez, de Rubens. Esta fue la época de mayor
esplendor de José de Salamanca.
A
partir de 1860, la carrera de Salamanca comenzó a declinar. Su
patrimonio disminuía rápidamente por sucesivos negocios que no
terminaban de arrancar.
En 1876 se
vio obligado a vender su palacio del barrio de Salamanca. Además de
éste poseía el Palacio de Vista Alegre en Carabanchel Bajo, el de
Buena Esperanza en Carabanchel Alto, otro en Aranjuez,
posesiones en Los Llanos, el Palacio de Mitra en Lisboa,
un hotel propio en París y otro alquilado en Roma, todos
ellos con un ejército de sirvientes a sus órdenes.
Pasado
el Sexenio Democrático, en 1879 consiguió los
derechos de construcción del Canal del Duero, lo cual no
consiguió rehacer su casi extinguida fortuna. Murió totalmente
arruinado.
Reconocimientos
honoríficos
- Fue nombrado por la reina Isabel II, I marqués de Salamanca y I conde de los Llanos con Grandeza de España.
- Existen actualmente calles dedicadas al Marqués de Salamanca en Málaga, Alicante, Talayuela, Navalmoral de la Mata, Torremolinos y Castellón de la Plana.
- En San Sebastián una calle de la ciudad se denomina Paseo de Salamanca en su honor.
- En Madrid, además del Barrio de Salamanca ha dado nombre a la plaza del Marqués de Salamanca.
Autor; Feliciano Robles
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