miércoles, 1 de mayo de 2019

José de Salamanca y Mayol



José de Salamanca y Mayol, empresario, político y aristócrata. Nació en Málaga en 1811 y murió en Madrid en 1883 a los 71 años de edad.
A lo largo de su vida José de Salamanca fue revolucionario, abogado, conspirador, alcalde, juez, banquero, contratista de obras, empresario de teatros, director de empresas, ingeniero, agricultor, ganadero, ministro, senador, diputado, marqués, conde y Grande de España.
Da nombre al actual barrio de Salamanca de Madrid, que fue parte del ensanche de la ciudad que él impulsó. Probablemente llegó a poseer, en sus mejores momentos, la mayor fortuna de España.

Familia

Era hijo del médico José María de Salamanca y Paz y de su esposa, María Polonia Mayol y Baso. Contrajo matrimonio con Petronila Livermore y Salas perteneciente a una familia adinerada. Del matrimonio nacerían dos hijos, Fernando y Josefa de Salamanca y Livermore.

Formación

Cursó estudios de Filosofía y Derecho en el Real Colegio Mayor de San Bartolomé y Santiago de Granada.

Política

Los movimientos revolucionarios acontecidos durante la regencia de María Cristina catapultaron al futuro marqués a los primeros planos de la escena nacional. En 1835 fue nombrado alcalde de Vera (Almería); tras esto, fue elegido para representar a dicha provincia en la Junta Revolucionaria de Sevilla.
En 1837 tuvo lugar el pronunciamiento de La Granja, que obligó a la reina regente a restituir la Constitución de corte liberal de 1812 elaborándose la nueva progresista de 1837. En las nuevas Cortes formadas, José Salamanca fue elegido diputado por Málaga, trasladándose a Madrid para ejercer este cargo.

Ministro

En 1847 fue nombrado ministro de Hacienda por el presidente Joaquín Pacheco. Tras la dimisión de éste en octubre del mismo año, Salamanca pasó a ejercer de facto la presidencia del gobierno hasta que el nuevo presidente, Florencio García Goyena, le destituyó debido a que una comisión parlamentaria estaba investigando supuestas actividades irregulares de éste en su ministerio. Esto supuso un gran frenazo a su ascensión en la política.

Exilio

La reina Isabel II, destituyó al gobierno en pleno y nombró nuevo presidente a Ramón María Narváez y Campos, que tomaba posesión del cargo por tercera vez en cuatro años. La llegada al poder de Narváez empujó a Salamanca a exiliarse a Francia, dada la enemistad personal que tenía con Narváez. Unos años más tarde habría de exiliarse por segunda vez, al producirse la revolución de 1854, de la cual personajes como Salamanca constituían sus bestias negras. Estos sucesos darían paso al Bienio Progresista. Al término de éste, en 1856, Salamanca regresó a España y obtendría el título de senador vitalicio en las Cortes españolas.

Negocios

Para ocupar su puesto en el Congreso, ganado en 1837, José de Salamanca se trasladó a Madrid, donde se convirtió en miembro habitual de tertulias e invitado en los mejores salones de la capital. En esa época empezó a revelarse como un excelente financiero mediante algunas inversiones arriesgadas, lo que le hizo aumentar su modesto patrimonio personal.
En 1839 obtuvo el monopolio de la sal, comenzando además a invertir en la Bolsa de Madrid. Su poder adquisitivo se multiplicaba y aumentaban sus contactos entre la alta sociedad madrileña. En el sector de la construcción destacó por la construcción del hoy llamado Barrio de Salamanca de Madrid. .
Invirtió también en el ferrocarril, empezando por la construcción de la línea Madrid–Aranjuez. La construcción de esta línea le supuso a Salamanca algunos malos tragos económicos, pero venciendo las dificultades inauguró por fin la línea, el 7 de febrero de 1851.
Sus inversiones no se limitaron al territorio español, sino que se extendieron por Europa y América. En la actualidad, hay una población del Estado de Nueva York, llamada Salamanca, situadas en una encrucijada de vías, que debe su nombre a sus importantes inversiones en la Atlantic and Great Western Railroad.

Negocio fallido: el Banco de Isabel II

La mayor mancha en el historial financiero de Salamanca fue el Banco de Isabel II. Ideado por él, convenció a la reina de su creación. Fundado en 1844, era la primera entidad financiera de crédito privada de España, junto con el Banco de San Fernando y tenía un capital de 100 millones de reales para concesión de créditos, generosamente distribuidos entre el emergente capitalismo inversor de la época. El banco desapareció al fusionarse con el de San Fernando naciendo así el Banco de España.

Barrio de Salamanca

En un momento de su vida Salamanca decidió que era hora de construirse una residencia a su medida, pues hasta entonces siempre había ocupado palacetes que otros le vendían. Inició así la construcción de un elegante palacio en el madrileño paseo de Recoletos, una zona inmediata a la Cibeles y a la puerta de Alcalá, y que entonces ni siquiera estaba urbanizada. Salamanca compró a bajo precio una gran cantidad de terreno en los alrededores de la que sería su casa. El palacio de Salamanca, una auténtica obra de arte de inspiración francesa, que fue decorada con valiosas obras de arte y cuadros de los grandes maestros de la pintura europea, fue el primero de una serie de edificios que conformaron un barrio al que se le dio su nombre. Salamanca acababa de convertirse en promotor inmobiliario, y construyó varias casas de varios pisos (enormes todos ellos) con el propósito de que se convirtieran en el lugar de residencia preferido para la nueva burguesía madrileña, ya en pleno ascenso.
El palacio de Salamanca asombró a sus contemporáneos. Estaba rodeado de un jardín donde se plantaron flores exóticas y árboles llegados de distintos países, tenía una excelente biblioteca donde había decenas de incunables y libros raros, y una pinacoteca privada que estaba considerada de las mejores de toda Europa. Había lienzos de Goya, de Velázquez, de Rubens. Esta fue la época de mayor esplendor de José de Salamanca.

Ocaso de sus éxitos en los negocios

A partir de 1860, la carrera de Salamanca comenzó a declinar. Su patrimonio disminuía rápidamente por sucesivos negocios que no terminaban de arrancar.
En 1876 se vio obligado a vender su palacio del barrio de Salamanca. Además de éste poseía el Palacio de Vista Alegre en Carabanchel Bajo, el de Buena Esperanza en Carabanchel Alto, otro en Aranjuez, posesiones en Los Llanos, el Palacio de Mitra en Lisboa, un hotel propio en París y otro alquilado en Roma, todos ellos con un ejército de sirvientes a sus órdenes.
Pasado el Sexenio Democrático, en 1879 consiguió los derechos de construcción del Canal del Duero, lo cual no consiguió rehacer su casi extinguida fortuna. Murió totalmente arruinado.

Reconocimientos honoríficos
  • Fue nombrado por la reina Isabel II, I marqués de Salamanca y I conde de los Llanos con Grandeza de España.
  • Existen actualmente calles dedicadas al Marqués de Salamanca en Málaga, Alicante, Talayuela, Navalmoral de la Mata, Torremolinos y Castellón de la Plana.
  • En San Sebastián una calle de la ciudad se denomina Paseo de Salamanca en su honor.
  • En Madrid, además del Barrio de Salamanca ha dado nombre a la plaza del Marqués de Salamanca.



No hay comentarios:

Publicar un comentario