Aurelio
Ramos Acosta, Doctor, médico y activista social. Nació en
Cómpeta (Málaga) en 1893 y murió asesinado por un Consejo de
Guerra sumarísimo en Málaga en 1937 a los 43 años de edad.
Familia
Sus
padres se llamaban Ramiro y Catalina su padre era comerciante y
constructor, de ideología conservadora. Estuvo casado con Elvira y
tuvieron dos hijas llamadas María Victoria y Aurelia.
Formación
Estudió
el bachillerato en Málaga y luego Medicina en las universidades de
Madrid y Santiago de Compostela obteniendo el título de médico en
1917.
E
1922 obtuvo el Doctorado en la universidad de Madrid con
sobresaliente, por su tesis “La reacción de Schick, índice
terapéutico de la difteria”.
En
1922 la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones
Científicas le otorgó una beca para desplazarse a Londres, por su
trabajo “Sobre el tratamiento y profilaxis diftérica”.
Allí recibió una mención especial del University College por sus
investigaciones del aparato auditivo.
Trayectoria
profesional
Inició
su ejercicio profesional en Madrid como especialista en
otorrinolaringología formándose con el ilustre otorrino malagueño
Cristóbal Jiménez Encina, siendo su ayudante en el Instituto
Médico-Quirúrgico de la Encarnación. En 1918 trabajó como
otorrino de la Asociación Médico- Quirúrgica Española y en 1921
fue nombrado jefe de la Clínica de Otorrinolaringología de la
Asociación Ferroviaria Médico-Farmacéutica.
Hacia
1923 regresó a Málaga y montó una consulta particular en la Calle
Siete Revueltas. Ese mismo año fue nombrado director de Laringología
del Dispensario Antituberculoso de Málaga
En
1924 participó en las oposiciones a médico de la Beneficencia
Municipal, siendo nombrado médico supernumerario con el número uno.
En
1932 ganó la oposición para la plaza de Otorrinolaringología del
Dispensario Antituberculoso de Málaga, que ya ocupaba de forma
interina desde 1923.
Divulgación
Durante
su estancia en Madrid pronunció una conferencia en el Ateneo el 12
de enero de 1921 titulada “La Medicina española y el
intercambio de títulos”.
Una
vez instalado en Málaga propuso la creación en el seno del Colegio
Médico del Ateneo de Ciencias Médicas, que posibilitó, mediante
las actividades culturales desarrolladas y la concienciación
democrática de un sector de los profesionales médicos.
Este
Ateneo, que en un principio presidió José Gálvez Ginachero, pasó
a ser presidido por Ramos Acosta en 1924.
Conciencia
social
De
1924 a 1935 colaboró asiduamente en la Revista Médica de
Málaga, bajo el pseudónimo de Asoka, mostrando sus opiniones
sobre temas sanitarios y profesionales, en los que defendió la salud
como un derecho fundamental del hombre y la necesidad de concienciar
de este derecho al pueblo mediante la educación; denunciaba la
dramática situación sanitaria de las clases populares; rechazó los
estatutos del Colegio Médico que se habían hecho sin la
participación de los propios médicos y autoritariamente impuestos.
Su
compromiso social y como médico de la Beneficencia le llevó a
publicar en 1931, su artículo “La revolución de la sanidad”
donde abogaba por un nuevo orden sanitario caracterizado por una
potente sanidad pública que atendiera a las clases populares y donde
otorgaba una gran importancia a los servicios sanitarios municipales.
Estos
objetivos fueron recogidos en una de las primeras medidas tomadas por
el nuevo Ayuntamiento democrático formado en 1931.
Diputado
En
la elecciones generales de 1933 salió elegido diputado de las
Cortes Republicanas por Málaga, pero dimitió en 1935, porque se
frustraron por completo su deseo de convertir en realidad la creación
de escuelas en Málaga, que ya se habían proyectado en 1934 y que
pretendía sustituir las escuelas insalubres, con el fin de reducir o
extinguir el analfabetismo de los miles de niños sin escolarizar y
acometer obras para paliar el paro obrero.
Tras
su dimisión en 1935 volvió a su quehacer profesional en Málaga,
instaló una consulta particular en la calle Larios y solicitó su
reingreso como otorrinolaringólogo de la Beneficencia Municipal.
Guerra
Civil
Cuando
se produjo el levantamiento militar en julio de 1936 estaba dedicado
por entero a su profesión médica y fue requerido por el Gobernador
Civil para que organizase tanto los Hospitales de Sangre como, en
general, todo el sistema hospitalario, tan necesario para la atención
de heridos en los frentes, los bombardeos y los refugiados.
Como
responsable de los hospitales, una de las primeras tareas que
acometió, fue organizar el Hospital Central de Evacuación
Miramar, antiguo hotel con 300 camas, para sustituir los
diversos hospitales de sangre que se habían ido instalando al
iniciarse el conflicto y centralizar todos los servicios
médico-quirúrgicos de la capital, así como para descongestionar el
Hospital Noble y el Hospital Civil.
En
poco tiempo consiguió tener instalados dos quirófanos, un
botiquín, y procedió a instalar laboratorios de análisis y de
Rayos X y comenzó a impartir cursillos para enfermeras.
También
presidió la Comisión de Defensa Antiaérea, junto a su primo, el
ginecólogo Heliodoro Ramos Ramos, desde ese cargo elaboraron las
instrucciones para la población civil en caso de producirse ataques
aéreos con los llamados gases asfixiantes, pero tranquilizando que
si se seguían las instrucciones los gases tenían poco peligro.
En
su incesante labor organizadora Ramos Acosta para conseguir atender a
los numerosos heridos de los frentes de batalla y de los bombardeos,
así como a la gran cantidad de enfermos en la ciudad por el
hacinamiento y la extensión de enfermedades infecto-contagiosas en
los centros de acogida a refugiados, dispuso trasladar las camas del
Hospital Noble al antiguo hotel Regina, que al terminar la guerra
pasó a llamarse 18 de julio.
Fue
nombrado director del Hospital Civil Provincial, cuando el médico
José Gálvez Ginachero se jubiló por cumplir 70 años.
Este
nuevo cargo y el de Sub-Inspector General de los Servicios Sanitarios
le permitieron controlar toda la atención hospitalaria malagueña
hasta la ocupación de Málaga.
El
mismo día 8 de febrero de 1937, con las tropas franquistas a las
puertas de la ciudad, Aurelio Ramos Acosta, tras poner a salvo a su
familia, permaneció en el Hospital dirigiendo la evacuación de los
heridos que pudieran ser evacuados por el camino hacía Almería.
Apresamiento
y fusilamiento
Aurelio
no emprendió la huida hasta que no acabó toda su labor, e hizo el
camino a pie, en medio del desconcierto general. Sus condiciones
físicas solo le permitieron alcanzar la localidad costera de Maro y
ante la imposibilidad de continuar regresó a Nerja, donde se
presentó al Jefe Local de la Falange que lo detuvo y fue ingresado
en la Prisión Provincial, allí compartió prisión con su primo
Heliodoro, y se dedicaron a atender a los presos hacinados en la
prisión hasta que fue juzgado y ejecutado. Su consulta fue saqueada
y ocupada por un colega suyo.
El
Consejo de Guerra Sumarísimo se celebró el 1 de mayo de 1937 y lo
condenó a muerte. El día 8 le notificaron la sentencia en la cárcel
que se negó a firmar. El día 9 por la mañana fue ejecutado,
junto a su primo Heliodoro Ramos, en las tapias del cementerio de San
Rafael.
Fuentes
Esta
biografía se ha confeccionado a partir del trabajo publicado por
Encarnación Barranquero Texeira.
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